Con la cabeza fría

Seguro que os ha pasado y sino os cuento una cosa de esas que me han llamado la atención. Hay peña que tiene una sangre fría alucinante y con ello no me refiero a gente que asume riesgos fuera de lo razonable. El otro día pude contemplar uno de esos momentos.
Dejaré
 al piragüista en el anonimato para que no se le suba el pavo ;-), o se ponga tierno.
Se trataba de hacer una maniobra sencilla pero con cierto riesgo, ya que había que entrar en una contra muy pequeña (2 m.) a un metro de un rebufazo y con un compañero esperando para pillar la proa y un tercero (yo) con la cuerda asegurando la salida. La cosa se complicaba, ya que el back había que hacerlo desde una contra en el lado opuesto y haciendo una toma de corriente muy extrema. Inclinar el kayak radicalmente. Pues precisamente es eso lo que falló, se montó el agua y a mirar truchas que se fué. Había que reaccionar en menos de tres segundos o el rebufo le guiñaría el ojete. Asombroso, en dos segundos este muete que lleva 1 año sobre la barca, se endereza, y sin tan siquiera sacudirse el agua, da dos paladas para entrar en el puerto. Entonces abre lo ojos y sonrie, yo pego un grito y todos levantamos los brazos. Me encanta la peña que reacciona así de rápido, 1 segundo para tomar la posición y otro para salir. Eso deja un poso de confianza en el grupo.
Cuando aprenda a leer el río, va ser un buen piragüista. 

Le leía a Alorda sobre la elegancia de Federer como tenista, y admito que hay peña que tiene una elegancia sobre la piragua que me hace envidiarlos. Chapó. 

De esa elegancia hablaremos en otro post. ¿os parece?